Hay quien opina que la vida es dura, difícil, complicada... La vida, es lo que es, un camino y, según elijas una dirección u otra, se hará más llevadera o menos, sin más!
A veces, hay quien se empeñan en continuar una senda que no llevará a ningún sitio pero irá minando de tal manera que parecerá que se ha recorrido todo un océano pero, en realidad, para nada.
Otras, sin embargo, un pasito de nada te lleva al mismo paraíso.
En la vida, recorremos viajes de diferente intensidad y entidad y, cada uno, enseña y merece la pena para poder seguir transitando... Quizá los haya que no sería preciso pasar por lo pasado en el transcurso pero esas cosas sólo se saben al final...
Al final, en todo camino, hay una señal que te advierte si es el correcto o debes regresar cuanto antes al lugar de origen y empezar de cero...
Empezando de cero, una vez más... Una vez más, mi camino de la vida me deja en punto muerto; una vez, despertarse por la mañana y darse cuenta de lo lejos que aún estoy de la vida que había soñado tantas y tantas veces. Tantas veces había sentido en la punta de mis dedos esa realidad ansiada y, cuántas tantas, se me escapa como el aire... En un último suspiro, tomo aire, recojo fuerzas, me tomo mi tiempo y planeo cómo continuar... A estas alturas del trayecto, son casi 40 primaveras pasadas, demasiadas veces me he visto tocada y hundida y siempre he seguido caminando... Ésta no será diferente.
Si echo la vista atrás, el primer batacazo me llegó con 16 años_ con la adolescencia inmadura tampoco lo viví demasiado traumático_ después, a los 27, algo se desmoronó en mi mundo_ quizá algo que no supe canalizar y aún hoy arrastro_ otro más, para terminar de completar mi inmensa cantimplora, llegó sin avisar a los 35, me faltaban unos meses_ y, todavía hoy me preguntó qué habría pasado si hubiera tomado otra decisión_ y, a los casi 40, comienzo de nuevo sin saber cómo, dónde ni por qué lado salir... No me asusta, hay cosas que matan y muerta es más fácil; tampoco me preocupa, cuando nada esperas, nada decepciona... Simplemente, la ilusión se acaba y eso sí que es triste, sí que me asusta...